Columna de opinión diciembre: Leonardo Daneri.
Llegó fin de año y, de un día para otro, estamos con la agenda llena de celebraciones comidas, cierres y amigos secretos. Se acerca Navidad, la locura de los regalos, un par de días después Año Nuevo y se acabó el 2018.
Si bien esta escena caricaturesca está cubierta de buenas intenciones y alegría, no deja de ser un fiel reflejo del ritmo con que vivimos el año completo soñando con las vacaciones.
Algunos nos iremos a la playa, otros al campo, algunos al extranjero. Independiente del destino que elijamos, lo concreto es que una inmensa mayoría viajará por tierra gracias al auto que logró comprar producto del poder adquisitivo observado en nuestro país en los últimos 10 años. Este progreso duplicó la presencia de vehículos en nuestras calles y carreteras, alcanzando una tasa de motorización de entre 3 a 4 personas por cada automóvil.
Lo que podría tratarse de una muy buena noticia, tiene una lamentable externalidad que nos debe inquietar a todos. Al año mueren casi dos mil personas en accidentes de tránsito incluyendo los 30 días posteriores a ocurrido el hecho. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año 2030 se volverá la tercera causa de muerte a nivel global de personas entre 5 y 44 años.
Si bien nuestro país ha logrado reducir esta cifra, estamos muy lejos de tener lo que países desarrollados como España han conseguido. El año 2016, se registraron 1.600 muertes por accidentes de tránsito, pero con una población mucho mayor y con 30 millones más de vehículos en circulación.
¿Cómo lo lograron? Se creó un gran acuerdo nacional con líneas de acción, métricas y responsables en 5 ejes de trabajo: mejor educación vial, cambios a la estructura de penas, más y mejor uso de datos para estadísticas y estudios, colaboración de los medios de comunicación en la difusión de temas de seguridad vial e infraestructura adelantada a las demandas.
En Chile ya está en marcha un acuerdo de similares características en el que participamos diversas empresas, agrupaciones y organismos públicos tales como el Ministerio de Obras Públicas, Transportes e incluso Presidencia. El objetivo es impulsar diversas acciones que nos permitan crear conciencia de todo lo que necesitamos para bajar las cifras de mortandad y convertir el auto en un lugar seguro.
En una fecha como la actual, donde estamos planificando las vacaciones y nos preparamos a subir al vehículo a la familia completa con destino a nuestro descanso es cuando más necesario se vuelve hacer ese llamado al autocuidado, al respeto de las leyes del tránsito y, de manera muy especial, a la correcta mantención del medio que transporte que elijamos para no convertirlo en una trampa mortal.
En Copsa, el Gobierno y especialmente las Concesionarias de autopistas estamos preocupados por la seguridad de nuestros usuarios y por lo mismo extendemos un llamado a que, tal como nosotros impulsamos medidas de gestión para ofrecer viajes cómodos y seguros, las personas hagan su parte velando por lo que es responsabilidad de cada uno.