Las concesionarias de infraestructura pública reunidas en Copsa tienen una misión clara: construir obras para mejorar la calidad de vida de todos. Conversamos con su timonel, Leonardo Daneri, sobre la importancia de tener un país hiperconectado, levantar infraestructura más moderna y hacer frente a problemas urgentes como el calentamiento global.
Si soñamos con un país conectado por carreteras descongestionadas, hospitales modernos y aeropuertos de talla mundial, alguien tiene que hacer ese trabajo. Y en Copsa saben levantar obras de infraestructura tendientes a mejorar la calidad de vida de los chilenos. “La gente piensa que las cosas importantes en política social son sólo salud, educación y previsión, sin embargo hay que añadir infraestructura pues está al mismo nivel”, comenta enfático Leonardo Daneri, Presidente de Copsa.
En Chile todos somos iguales -sostiene Leonardo-, por lo tanto, levantar grandes obras se vuelve prioritario para un país en vías de desarrollo, donde los ciudadanos demandan cada día más y mejor infraestructura, el parque automotor crece aceleradamente y el cambio climático nos obliga a hacer ajustes con urgencia.
¿Qué obras requiere el país con urgencia? Varias, según el titular de Copsa, quien nos enumera algunas de las principales: segundas autopistas, trenes de cercanía; más líneas de metro; autopistas urbanas en las principales ciudades del país, como Concepción y Puerto Montt; bypasses en Talca, Curicó y Chillán y un largo etcétera.
En esa lógica de prioridades, Copsa ha planteado al Estado desde hace un par de años la necesidad de construir la Línea 7 del Metro, que llegará hasta el Aeropuerto Pudahuel y permitirá descongestionar la Autopista Costanera Norte, ruta que presenta fuerte congestión en diversas horas del día. “Construir una segunda autopista de oriente a poniente es impensable, salvo que sea subterránea, y en ese caso es mejor usar el transporte público, es decir, el metro”, indica Daneri al explicar la propuesta.
El deseo final de Copsa es lograr la hiperconectividad en el país, dotarlo de diversas obras que permitan moverse con mayor seguridad y rapidez, por rutas expeditas, modernas y redundantes a fin de dar más de una opción para llegar a los diversos destinos. Eso sería posible a través de tres rutas viales: una por el pie de monte, otra por el centro -la actual Ruta 5- y también una longitudinal costera, las cuales debieran recorrer todo el país.
En el caso de la Ruta 5 -columna vertebral del área centro sur del país- el proyecto de Copsa es volverla todavía más eficiente, sobre todo en zonas muy urbanizadas y en los accesos a las principales regiones de Chile. “Debemos convertirla en una ruta urbana, tal como se hizo con la Ruta 5 Norte a la salida de Santiago, dotándola de tres a cuatro pistas por lado”, señala Leonardo.
El factor cambio climático
Hoy las lluvias afectan al país de manera muy distinta a como lo hacían hace dos décadas: se producen aluviones que provocan cortes de caminos, cortes de puentes, rebalses de calles y anegamiento de casas. Y eso, porque muchas obras no están diseñadas para enfrentar la nueva fase hidrológica que vive Chile.
“Tenemos una red que es muy vulnerable, por lo que debemos, en primer lugar, reforzarla en aquellos puntos críticos y hacer alternativas; y en segundo lugar, hacerla más resistente y resiliente, es decir diseñarla con mejores ‘fundaciones’ para enfrentar el cambio climático”, detalla el Presidente de Copsa.
Todo ese entusiasmo por construir la infraestructura que Chile necesita, requiere de un esfuerzo mayor del aparato estatal, tanto para concesionar las obras como para revisar proyectos. Según explica, “la capacidad que tiene el Estado para moverse no se condice con la velocidad que necesitamos. Cuando hay obras cuya puesta en marcha se retrasa, todos perdemos: los ciudadanos; el constructor y los concesionarios”.
Para explicar esto, Leonardo entrega dos claros ejemplos: hospitales y cárceles construidas por privados. “Las cárceles concesionadas tienen mucho menos hacinamiento, mejores condiciones de mantención. Todos los servicios de catering y aseo están ejecutados por los mismos internos, contratados por la concesionaria, por lo tanto se produce un doble efecto: de rehabilitación y de mejor calidad de los servicios, eso ha operado bastante bien y se va a retomar el modelo ahora”.
La evidencia demuestra que la construcción de hospitales es mucho más conveniente si la desarrollan privados. “Por eso, felicitamos al MOP por hacer una licitación de hospitales más limitada, solo financiando, diseñando, construyendo y manteniendo infraestructura y equipamiento, nada más. Todo el resto lo administra y gestiona el MINSAL. Bajo esa modalidad se están llamando a licitación 20 hospitales”.