Existe un amplio consenso en círculos expertos respecto de que, en materia de infraestructura, Chile ha perdido el impulso generado en la década de los 90 y principios de los 2000 con el sistema de concesiones, que hizo posible una proporción sustancial de la infraestructura de uso público en conectividad vial, aeropuertos, hospitales y otras obras que ha sido clave para el desarrollo del país. Sobre los motivos de lo anterior hay diversas interpretaciones, desde políticas a económicas; sobre lo que hay pocas dudas es de que existe en la actualidad un déficit de infraestructura que se ha convertido en un lastre para el progreso. A modo de ejemplo, el retraso de planificación y ejecución de obras es una de las razones que está dificultando hacer frente a la severa crisis hídrica, la cual se proyecta mucho más allá de una escasez coyuntural de ese recurso, donde inciden factores como el cambio climático.
Justamente porque las necesidades de infraestructura tienen que ver con desafíos de desarrollo a largo plazo, que superan con creces los ciclos políticos, es que se echa en falta una mirada más estratégica en este ámbito, que trascienda los ciclos políticos. Países avanzados como Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda cuentan con experiencias exitosas de entidades que planifican la infraestructura pública con un horizonte amplio,más allá del método de financiamiento.
En Chile, el Consejo de Políticas Públicas de Infraestructura ha planteado para este efecto la creación de una Comisión Asesora de Políticas Públicas de Infraestructura Nacional, cuyo enfoque sería coherente con el adoptado en otras áreas a través de organismos autónomos como el Consejo Fiscal Autónomo, el Comité Financiero, el Consejo Consultivo Previsional, la Comisión Nacional de Productividad y varios más.
Esta parece una propuesta que amerita un análisis exhaustivo y con sentido de urgencia. Es clara la importancia de aunar las visiones del gobierno central con las de regiones, municipios y empresas públicas. La propia OCDE ha destacado que, en este ámbito, no es el financiamiento, sino la falta de planificación de largo plazo, lo que presenta el mayor obstáculo para desarrollar una infraestructura acorde con los requerimientos de Chile en el siglo XXI.
Fuente: Diario Financiero