Usan al menos cuatro herramientas, entre las que se cuentan cañones tronadores y espantapájaros.
Los miles de pasajeros que circulan por el aeropuerto internacional de Santiago ni imaginan que la seguridad de su vuelo está en manos de unos especialistas que espantan a las aves que circulan en el perímetro de las instalaciones. 'La seguridad operacional se ve afectada por el peligro aviar', dice de entrada el jefe (s) del aeropuerto, Marcos Álvarez. 'Nos afecta directamente en el producto que entrega el aeropuerto, que es que todas las aeronaves operen con seguridad en el despegue y el aterrizaje', profundiza. Es un tema de todos los terminales aéreos del mundo. Reconoce que el peligro es difícil de controlar, en este caso, porque 'las aves cruzan no más, ellas buscan su hábitat más apropiado.
De hecho, somos nosotros, como sociedad, los que intervenimos su hábitat'. Por eso tienen varias herramientas, de las múltiples que existen, para que ningún ave ponga en riesgo los dos momentos más críticos de la aeronavegación: el despegue y el aterrizaje. Álvarez menciona al menos cuatro sistemas que usan en el aeropuerto de Santiago. Por ejemplo, dice, vehículos equipados con 'elementos que hacen ruido para espantar a las aves'. Un segundo elemento son espantapájaros que se inflan con un compresor y que se mueven de acuerdo con la intensidad del viento. Son los mismos que se utilizan en las fiestas infantiles. 'Están emplazados principalmente en los umbrales de la pista, donde aterrizan y donde inician la carrera de despegue las aeronaves', especifica el operador aéreo.
'Tenemos cañones tronadores, que también buscan hacer ruido y espantar a las aves y están emplazados en los lugares donde los especialistas estiman que están transitando más, eso depende de la hora, de la temporada y las condiciones meteorológicas', menciona como tercera herramienta utilizada. La cuarta, incluso, son escopetas disuasivas. Estas herramientas no sólo deben manipularlas personal especializado y capacitado, sino que también deben cumplir con la normativa medioambiental del país y usarse exclusivamente para ese fin. 'El aeropuerto cuenta con permiso del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para contrarrestar la presencia de las aves que pueden ser más riesgosas', explica el jefe (s) del aeropuerto. Dice que toda medida es poca, porque 'el peligro aviar debe de ser hoy una de las principales causas de los accidentes de aviación en el mundo, por lo tanto, hay que tomarlo muy en serio'.
-¿Hay algún día, hora, mes en que el peligro sea mayor?
-Claro. En la mañana, principalmente, cuando comienza el día, cuando comienza a brillar el sol, es cuando comienzan a despertar las aves. Lo mismo sucede en las tardes, a lo mejor en menor escala, cuando empieza a bajar la temperatura, a esconderse el sol, también comienzan a moverse más.
-¿Y meses?
-Particularmente entre agosto y septiembre de cada año es cuando más movimiento y desplazamiento de grupos de aves tenemos. Es cuando provocan mayor impacto en la actividad aeroportuaria.
-¿Hay algún tipo de ave que sea más problemática?
-Sí. Los especialistas tienen estudiadas las especies. Por ejemplo, los queltehues (Vanellus chilensis) son los más recurrentes y tienen un tamaño bastante importante, por lo que el daño que podrían causar también sería importante. Palomas (Columbidae) también tenemos. Pero como las aves no son tontas, se acostumbran a los elementos disuasivos, de modo que se deben ir rotando para lograr el mejor efecto. 'Existe una serie de eventos que se dan regularmente, eso no se puede negar, pero felizmente no han llegado al nivel de accidente', ratifica el jefe (s) del aeropuerto.
Fuente: LUN