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Concesiones: Una agenda para los próximos 30 años

18 de abril de 2023

Hace 30 años se adjudicaba en el país la construcción y operación del túnel El Melón, la primera obra concesionada de este tipo y con la que se inauguró un modelo de asociación público-privada que dinamizó de manera significativa la provisión de infraestructura pública en los más diversos ámbitos.

En estos 30 años, cerca de 30 mil millones de dólares se han invertido bajo la modalidad concesional, lo que ha dado forma a más de 100 proyectos de infraestructura que, sumados, le han cambiado el rostro a Chile y han sido una pieza fundamental en su camino al desarrollo. Aciertos, desaciertos, innovaciones, errores y aprendizajes son parte de la ruta recorrida en estas tres décadas, una ruta que, sin embargo, es lo suficientemente sólida como para cimentar su proyección futura.

La infraestructura es causa y no consecuencia del desarrollo, por eso en momentos en los que estamos viendo con urgencia, pero también con esperanza, los caminos que como país queremos recorrer para avanzar hacia esa meta, la experiencia de provisión, operación y financiamiento de infraestructura pública a través del modelo concesional ha de ser vista como una vía idónea para enfrentar desafíos en los más diversos ámbitos.

Cuando se inauguraba el modelo, en los años 90, las urgencias del país estaban principalmente vinculadas a acortar la brecha de infraestructura para cubrir necesidades básicas de conectividad y productividad. Por diversas razones, hoy nos volvemos a encontrar con esa brecha, para mantener y, más aún, si queremos aumentar los niveles de servicio y bienestar que el país posee, nos hace falta un nuevo salto en infraestructura.

A estos desafíos de base se deben sumar necesidades de segunda y tercera generación. El cambio climático y sus efectos colaterales, por ejemplo, nos enfrentan a amenazas múltiples y dispares. Por una parte, la escasez de agua para consumo humano y riego en vastas zonas del territorio es una necesidad que demanda energía e infraestructura en proporciones relevantes, y aunque suene contradictorio, el mismo fenómeno climático genera problemas de agua por abundancia.

En efecto, lluvias que en tiempos normales se producían extendidas en el tiempo, comienzan a caer hoy en gran cantidad y en pocas horas y con isotermas que generan desprendimientos de material y amenazan con interrumpir caminos, puentes, energía y agua potable, entre otros. Las mareas, en tanto, nos obligan a repensar los sistemas de defensas costeras y la suma de estos fenómenos nos demandan una nueva planificación en materia de resiliencia y redundancia para la infraestructura existente.

Todos estos nuevos desafíos, sumados a las necesidades permanentes de un país como el nuestro, cuya lejanía geográfica solo hemos podido suplir a través de más y mejor infraestructura, forman parte del camino que debemos recorrer en el presente y proyectar al futuro. Nueva infraestructura que lleve agua ahí donde hoy escasea, nuevas vías para conectar al país para la nueva realidad semipresencial, nuevas vías que potencien la electromovilidad humana y de carga y una repensada resiliencia ante un clima que cambia, son solo una parte de las obras que Chile puede abordar en base a la alianza público-privada que supone el sistema concesional.

Ahora, con la perspectiva del tiempo y con sus enseñanzas, volvamos a pensar el país en grande, imaginando un Chile que llega al desarrollo apalancado en una infraestructura sólida, sustentable y sostenible.

Carta de Leonardo Daneri, Presidente de Copsa.


Fuente: El Mercurio