La secretaria de Estado repasa sus primeros días, 'frenéticos', en el MOP. 'Hablamos (con el Presidente) del tema de la gestión. Este es un ministerio que tiene un impacto gigante en lo que hace y en lo que deja de hacer'.
Jessica López (66) vive en La Reina desde los noventa. 'Somos parte de esta comunidad con amplios y hermosos espacios comunes, donde la mayoría somos vecinos hace 33 años. Vivo con dos de mis tres hijos, mi yerno y dos nietas, todos achoclonados. Ayer mi nieta Adelita, de cuatro años, estaba feliz porque pude llegar a la hora y la acosté', cuenta.
En el cambio de gabinete de marzo, la expresidenta de BancoEstado llegó a reemplazar a Juan Carlos García al frente del Ministerio de Obras Públicas. 'El nivel de intensidad en esta cartera es muchísimo más alto que en el banco', dice al final de la conversación mientras se cambia rápidamente de zapatos (los guarda bajo su escritorio) y se pone unos más 'cómodos'. 'Tengo muchas reuniones cada día; me bajo y me subo de los tacos; días frenéticos, entiendo que este estrés es por el proceso de inmersión'.
López, ingeniera comercial con mención en Economía de la Universidad de Chile, estuvo más de dos décadas en BancoEstado. Ahí recorrió un extenso camino: fue gerenta de riesgos, contralora, gerente general (entre 2014 y 2018) y vicepresidenta. 'Yo le pedí al ministro de Hacienda que me considerara para ser presidenta del banco', recuerda.
—Tras ser designada en 2022 por el Presidente Boric como presidenta de BancoEstado, se convirtió en la primera mujer al mando de un banco en la historia chilena. Y hoy es la segunda en liderar el MOP en sus 135 años, ¿cómo lo toma?
—Cuando uno está en cargos de alta dirección tiene la posibilidad de ejecutar cosas significativas. Lo ejemplifico con lo que significó que Michelle Bachelet fuera Presidenta de Chile dos veces. Eso impulsó que hoy en el Estado tengamos una encargada de género en todos los servicios y que, dando un ejemplo al sector privado, todas las empresas públicas tengan equidad de género en sus directorios. Eso tiene que ver con mujeres que han tomado ciertas decisiones y yo quiero hacerlo también.
'Nunca le pregunté al Presidente porqué me eligió'
Hincha de la UC, hija de una dentista y un empleado del comercio, López creció como la tercera de cuatro hermanos. 'Pertenecí a una clase media ajustada. Nací en Recoleta y mis padres nos metieron al Saint Gabriel´s que estaba a los pies del cerro San Cristóbal. Hicieron un sacrificio y optaron por la educación privada', cuenta.
Cuando la ministra, quien milita en el Partido Socialista hace 30 años, entró a la Universidad de Chile fue cercana a las Juventudes Comunistas. 'Fue una época de terror en la universidad, pero uno se acostumbra a vivir en el miedo', recuerda.
—¿Cuál es su relación actual con el comunismo?
—Mantengo muchos amigos con quienes trabajamos en esa época. Tengo un gran aprecio por sus militantes y dirigentes; por las colegas en el gabinete, grandes mujeres. Estamos unidos en una alianza trabajando por el desarrollo del país. Yo me alineé muy joven con la izquierda, porque eran movimientos que siempre estaban haciendo cambios por una mayor justicia social y económica.
—Hablando de justicia social. ¿Cómo fue hacerse cargo del MOP, cartera histórica por sus legados, pero donde también existe un cierto grado de burocracia?
—En el Estado hay más lentitud que en la empresa privada, pero yo lo entiendo como la burocracia necesaria para que los recursos públicos se usen de manera apropiada y segura. La burocracia tiene su sentido, pero siempre es posible mejorar algunos procesos, especialmente en períodos tan delicados como son estos años. Necesitamos tener más impacto e impulsar la reactivación. Con la pandemia y la inflación hemos tenido dificultades en muchos lugares de Chile con empresas que hacen el mantenimiento de la infraestructura o desarrollan obras, y que no han continuado, porque han quebrado o no pudieron seguir. Entonces, naturalmente se expresa una demanda de la ciudadanía por mejoras de infraestructura que necesitamos resolver aceleradamente.
—¿Por qué cree que el Presidente Boric la designó? Al exministro García se le criticó que no hubo licitaciones el año pasado.
—Nunca le pregunté al Presidente porqué me eligió, pero sí hablamos del tema de la gestión. Este es un ministerio que tiene un impacto gigante en lo que hace y en lo que deja de hacer, en si se hace más rápido o más lento. Con el ministro García tenemos una historia y formaciones bien distintas, todas valiosas, y no podría, ni me corresponde, hacer juicios sobre su gestión. Esta es otra etapa. Pero sobre las licitaciones, hay que considerar que tradicionalmente se llamaba a una o dos por año. El ministro (Alfredo) Moreno en el último año de gobierno del Presidente Piñera hizo doce licitaciones y todos esos proyectos se han estado procesando en el Ministerio. En todo caso, este año pretendemos llamar a licitación cuatro o cinco proyectos.
—Como presidenta de BancoEstado apostó por la concesión de créditos hipotecarios, lo que en su momento fue catalogado como una medida 'contracíclica' ante la desaceleración del sector. Se dice que el Presidente le pidió apresurar los procesos del MOP.
—Todo lo que yo pueda (ríe)… para que la maquinaria responda, pero no solo la nuestra… El MOP es una gran empresa constructora a lo largo de Chile. En la reactivación económica es un ministerio que tiene una capacidad de hacer gigante. Trabajan 9.500 personas y tiene un presupuesto anual de inversiones de más de tres billones. Entonces es muy importante que podamos acelerar nuestros procesos internos para licitar, adjudicar y que las obras y pagos sean rápidos. Para ello debemos ayudar más decididamente a las constructoras. Muchas han abandonado obras, otras han quebrado por el alza de los materiales. En esto, necesitamos que la banca esté mucho más disponible a financiar la construcción. Ya se aprobó el nuevo 'Fondo de Garantía' para las constructoras. Es necesario que la banca amplíe sus líneas de crédito y ayuden en la reactivación.
'Da lo mismo quién corte la cinta'
—A 30 años de la ley de Concesiones, cuya primera obra fue el túnel El Melón, ¿cuál es su balance?
—Muy positivo, ya que hubo un cambio tremendo en el nivel de infraestructura del país. Han sido 30 años de una evolución gigante en todo lo referido a concesiones de carreteras y de autopistas urbanas, aeropuertos, hospitales, cárceles. Creo que debemos establecer un desafío de que en los próximos 30 años, invirtamos una cifra similar a los casi 30 mil millones de dólares que se concretaron entre 1993 y 2023. Chile todavía tiene muchas necesidades de infraestructura.
—¿Cómo cuáles?
—Hay tramos que incorporar para concretar el sueño de la Panamericana, la Ruta 5, desde Arica a Quellón. Fortalecer la conectividad austral con las rutas 7 y 9. Además, tenemos muchos aeropuertos regionales que están en ampliación y tenemos un plan de infraestructura para la seguridad, con la construcción de alrededor de 70 cuarteles para Carabineros y la PDI. También está la necesidad de nuevos hospitales y centros penitenciarios, y mejorar y ampliar la infraestructura de los pasos fronterizos.
—Uno de los principales problemas de Chile para enfrentar la crisis hídrica es la dispersión de la institucionalidad del agua, pues hay unos 40 organismos públicos con competencias sobre este recurso. ¿Cómo está trabajando aquello?
—Acá en el MOP hay seis áreas relacionadas al tema de las aguas. Yo creo que sería bueno perseverar en una subsecretaría del agua, como un elemento básico de mayor coordinación interna de todos estos organismos. Estamos estudiándolo.
—Hay organizaciones medioambientales que denuncian un conflicto de interés en su designación, pues usted fue presidenta ejecutiva de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess A.G.), entre 2018 y 2022, la que representa a 22 sanitarias privadas. ¿Cómo lo enfrenta?
—Sobre esto, lo que hicimos en el ministerio, que está a cargo de la fiscalización de las empresas sanitarias, es que las decisiones que afecten a las empresas sanitarias las adoptará el subsecretario José Andrés Herrera. Yo me voy a abstener de esas decisiones por el período que corresponda.
—Y a propósito de este tiempo que estará en la cartera, pareciera que en el MOP nadie sabe para quién trabaja o quién será el ministro que cortará la próxima cinta.
—Claro, yo por ejemplo inauguré con el Presidente el embalse Chironta que se inició hace muchos años. Tuve la suerte de cortar esta cinta, pero la primera piedra se puso en el gobierno de la Presidenta Bachelet. Y aunque nadie sabe para quién trabaja, lo importante es tomar esas decisiones, porque en algún minuto esa obra se va a concretar.
—Puede resultar una cartera ingrata en ese sentido.
—No, porque lo que se genera desde el momento en que tú haces el llamado a la licitación, es el reflejo de una decisión y eso es importante para el proceso del proyecto mismo, pero también para que la gente se vea beneficiada. Si eventualmente logras adjudicar, con eso quedo feliz. Sé que después la cuestión sigue adelante, da lo mismo quién corte la cinta.
—¿Cómo se ve al finalizar su mandato?
—Me gustaría aportar en recuperar el ritmo del MOP en resolver las necesidades urgentes de mayor integración y conectividad del territorio a través de las obras públicas. Pero, sobre todo, poder dar un salto cuantitativo en la cobertura del agua para zonas rurales y también en la seguridad hídrica para el desarrollo.
Profundiza: 'Cuando llegué a esta oficina me fijé en este mapa colgado en la entrada, que tiene en el centro el océano Pacífico'. Y mientras dibuja explica: 'Tú puedes ver a Chile con su territorio largo y angosto, y abordar la ruta 5. Pero también puedes verlo globalmente, como uno de los principales países de la costa del Pacífico, compartiendo con las grandes potencias mundiales. En ese escenario, las necesidades de infraestructura física y de comunicaciones son tremendas. Ya no es sólo la vialidad interna, sino que toda la infraestructura portuaria, aeroportuaria, de telecomunicaciones, agua y energía; toda la conectividad con el mundo'.
—Esta cartera es muy clave, de aquí Lagos salió Presidente.
—Llevo un mes sentada aquí cómo se te ocurre, déjame acostumbrarme a esta silla. Esto es un estrés tremendo, no me puedo imaginar al pobre Presidente. Pero no me voy a morir en esto, no hay nada que con una copita de vino y un cigarrito no se pueda afrontar (ríe).
Fuente: La Segunda