A diez años del inicio del funcionamiento de los dos primeros hospitales concesionados de Chile, los expertos destacan que este sistema representa una alternativa de financiamiento para obras prioritarias a nivel nacional y su valor para resolver brechas de infraestructura en períodos de tiempo acotados.
Las concesiones hospitalarias son un método financiero que busca ampliar la capacidad constructora del Estado en función de su red de salud donde, a través de un mandato del Ministerio de Salud (Minsal), el Ministerio de Obras Públicas (MOP) se encarga de gestionar la concesión de la infraestructura y algunos servicios de apoyo no clínicos.
En la actualidad, 18 centros se encuentran en etapa de construcción a nivel nacional, lo que corresponde a nueve contratos de concesiones, incluyendo al Hospital del Salvador, el Instituto Nacional de Geriatría, el Hospital de Buin-Paine y el Hospital de La Serena, entre otros.
'Gracias a estos recintos de salud se sumarán 4.009 camas a lo largo de todo el país, las que representan un 10% de las camas disponibles en la red asistencial pública y privada', señalan desde la Dirección General de Concesiones (DGC) del MOP.
Para los expertos, la alianza público-privada en este sistema de concesiones entrega diversos beneficios al sistema de salud. 'El principal es que nos permite acelerar la renovación de los proyectos hospitalarios y que garantizas que durante el período en que esté la concesión, ese establecimiento se mantenga siempre en el nivel óptimo y máximo en términos de su infraestructura y su equipamiento', asegura Benjamín Ahumada, académico e investigador del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello.
Asimismo, el sistema de concesiones permite liberar recursos al Estado al permitir que el sector privado se encargue de la construcción y operación de los proyectos. 'En promedio la construcción de los recintos ha durado entre cinco a seis años, por lo tanto el Estado ha incurrido en desembolsos desde la puesta en servicio de dichas obras, liberando recursos para financiar otro tipo de proyectos y necesidades', comenta Felipe González, Senior Manager de Global Trade & Investment en Deloitte.
Balance positivo
A fines de 2013 entraron en funcionamiento los dos primeros hospitales concesionados de la red, los de La Florida y Maipú.
Hoy, a diez años de este hecho, el Dr. Juan Carlos Concha, director nacional de la Escuela de Medicina de la Universidad del Alba y exministro de Salud, asegura que en este tiempo el sistema 'ha contribuido a mejorar la disponibilidad de establecimientos hospitalarios, de camas hospitalarias, pero siempre va a estar el riesgo de que no sean bien reguladas, bien fiscalizadas', dice, subrayando que no solo es necesario poner el foco en las atenciones hospitalarias, sino que también hay que realizar esfuerzos para duplicar el número de atenciones de salud a nivel primario.
Respecto al desarrollo de las concesiones, Alejandro González Saavedra, docente de Unegocios de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, comenta que 'según estudios realizados con datos de hospitales construidos entre los años 2005 a 2017, el modelo de concesiones mostró mejores resultados que el sistema tradicional en los siguientes parámetros: costo por metro cuadrado un 7% más bajo, costos de operación un 9% más bajos y valor presente de los costos totales un 14% más bajos'.
Los beneficios son claros. Por ejemplo, uno de los hospitales que está en construcción es el de Buin-Paine, que inició sus faenas en enero de este año y que 'actualmente presenta un 5,3% de avance en las obras, contemplando como fecha de entrega del recinto el segundo semestre de 2025 y beneficiando según las bases de licitación a 130 mil usuarios directos', asevera Fernando Ruiz de la Torre, gerente general de Sacyr Concesiones en Chile, empresa que se adjudicó este proyecto en 2020.
Desafíos
Los expertos coinciden en que, si bien la experiencia y trayectoria de las empresas que se adjudican las concesiones de la infraestructura de salud es un aspecto relevante, 'para asegurar que el proceso sea efectivo se debe analizar y seleccionar correctamente los proyectos que son factibles de realizar de manera efectiva por este modelo', señala Alejandro González Saavedra.
Además, 'se podría establecer algún proceso de renovación de este tipo de licitaciones para generar flexibilidad en esta relación tripartita entre el MOP, el Minsal y quien lleva la concesión', concluye Benjamín Ahumada.