Urbanistas proponen que haya más luminarias, así como espacios con más campo visual y limpios.
Las mujeres tienen necesidades particulares a la hora de desenvolverse en las ciudades, aspecto que algunos urbanistas denuncian que no siempre se considera a la hora de diseñar las ciudades, convirtiéndose en otra de las “brechas” que se deben corregir.
Problemas tales como circular con coches en las calles, la dificultad para ingresar con ellos al transporte público o no contar con espacios habilitados para amamantar son parte de las situaciones cotidianas a las que se enfrentan al cuidar a los menores. También, cuando transitan por las ciudades, la falta de iluminación propicia la sensación de vulnerabilidad.
Fernanda, quien es madre de tres niños menores de cuatro años, sabe en carne propia lo difícil que puede llegar a ser trasladarse por la ciudad con ellos. Cuenta que muchas veces no tiene como acceder a parques porque las rampas están lejos de la entrada principal o que cuando está en un estacionamiento siente miedo de que sus hijos sean atropellados por el poco espacio que hay para peatones. Además, al tener mellizos, usa un coche doble que asegura muchas veces no cabe en los ascensores, por lo que debe usar los montacargas.
Alberto Texido, consejero del Consejo Políticas de Infraestructura (CPI) y académico de la U. de Chile, explica que “uno de los actores fundamentales en la ciudad es la mujer, por lo que pueden hacerse lecturas buscando dónde se puede mejorar esa interacción entre el habitante y su entorno”. A su juicio, la clave para alcanzar la equidad está en el acceso al trabajo, razón por la que se debería facilitar el transporte público y la existencia de guarderías y colegios, además de impulsar medidas que garanticen su seguridad.
En esta línea, la actual directora del Consejo Nacional de Desarrollo Territorial (CNDT), Paola Jirón, ha impulsado la incorporación de medidas para reducir la brecha de género en el diseño urbano. “Muchas veces el urbanismo se piensa en base a hombres hábiles con la contextura de personas del hemisferio norte, no de acá en Chile”, dice.
En muchas ocasiones, explica, las mujeres son más vulnerables frente a violaciones o acosos, por lo que su seguridad es fundamental. “La mirada de género nos permite entender que esto va mucho más allá”, agrega Jirón. Plantea revisar los instrumentos de planificación “para ponerles rostro” y repensarlos en base a las necesidades de quienes viven en la ciudad.
Enfrentar el acoso
Otro de los problemas que enfrentan las mujeres es el acoso. Frente a ello, Montserrat Delpino, académica de la U. de Concepción e integrante del grupo Género y Territorio, propone intervenir espacios con medidas que reduzcan la vulnerabilidad, en base a un estudio que realizó. Por ejemplo, que se aumente la luminaria, vegetación y rincones en donde se favorezca la visual. Además, que haya mayores espacios limpios y con presencia de comercio.
ACOSO
Arquitectas proponen intervenir espacios públicos para reducir la vulnerabilidad.
Fuente: El Mercurio