En el marco del Día Mundial del Agua, enfrentamos diversos desafíos como nación: asegurar el acceso al agua potable para todos, planificar infraestructuras que mitiguen los efectos del cambio climático y avanzar en la gestión estratégica de nuestros recursos hídricos. Estos desafíos incluyen completar el plan nacional de adaptación al cambio climático en materia de recursos hídricos, así como otras tareas.
Estamos abordando estos desafíos con la mayor inversión histórica en los Sistemas de Agua Potable Rural, que cumplen 60 años en 2024. Además, estamos llevando a cabo una inversión de $ 600 mil millones en proyectos de infraestructura sanitaria en los próximos dos años, gracias a la alianza público-privada que cumple 25 años. En el Congreso se aprobó la legislación propuesta por este Gobierno, la cual amplía las capacidades del Ministerio de Obras Públicas para la construcción de infraestructuras multipropósito, incluyendo desaladoras y estamos en discusión de proyectos para aumento de fiscalización, extracción de áridos, desalinización, entre otros.
Sin embargo, es imperativo abordar nuevas temáticas. Por ejemplo, el ordenamiento del borde costero debe promover el desarrollo de la industria de desalinización como una herramienta fundamental para garantizar el suministro de agua para el consumo humano. Antofagasta está a punto de convertirse en la primera gran ciudad de Latinoamérica en contar con un sistema sanitario completamente basado en agua desalinizada.
El Ministerio de Obras Públicas está colaborando activamente con otros ministerios en el desarrollo de una Política Nacional de Zonas Costeras, así como en la promoción de una Estrategia Nacional de Desalinización en el marco de la creación de concesiones marítimas especiales. Estas acciones deberán ser coherentes con la administración integrada del borde costero por parte del organismo competente.
El ordenamiento territorial es esencial para la planificación y el desarrollo de las zonas costeras, permitiendo una mayor productividad y protegiendo prioritariamente los ecosistemas. Este proceso de zonificación facilitará la identificación de áreas aptas para el turismo, instalaciones portuarias, infraestructuras como desaladoras, entre otros usos.
Todo esto forma parte de un esfuerzo conjunto y responsable en el que la desalación juega un papel crucial como herramienta, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas a mediano y largo plazo, y asegurando uno de los recursos fundamentales para el desarrollo humano: el agua.
Fuente: Diario Financiero