La iniciativa enfrenta un proceso clave en el Senado, donde se discutirá en particular. Una de las críticas que existe tiene que ver con el rol de las comisiones de evaluación ambiental.
A finales de mayo, en el Senado se aprobó en general el proyecto presentado por el Gobierno con el que se busca reformar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), lo que fue considerado como un hito, luego de que dos propuestas anteriores fueran desechadas en el Congreso en gobiernos pasados.
No obstante, a la iniciativa le resta un largo camino, comenzando por el proceso de indicaciones, en el que los expertos, sugieren que se focalice en una reducción efectiva de los permisos, en vez de otros temas como la eliminación de etapas de evaluación que existen hoy.
En ese contexto, un reciente informe elaborado por el estudio Moreno, Sáez y Avilés, detectó que de la totalidad de proyectos revisados durante el año 2023 por parte de las Comisiones de Evaluación Ambientales regionales (Coeva), en menos de un 4% no se calificó siguiendo la recomendación técnica que otorga el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en su informe final, lo que a juicio de los expertos, confronta con la idea de eliminar este tipo de instancias.
“Si bien se puede avanzar en mejorar y cambiar el órgano calificador, la evidencia indica que no es una de las problemáticas esenciales a abordar. Por lo demás, sustituir la Comisión de Evaluación por los Directores Regionales del SEA, conforme a los sistemas actuales de nombramientos, no permite cumplir con los pilares definidos por el Gobierno que motivan el proyecto de ley en trámite en el Congreso, pudiendo comprometerse aún más la certeza buscada por todos los actores”, advierte el abogado Sebastián Avilés.
Focos a futuro
En esa línea, Avilés sostiene que eliminar las Coeva ha recibido cuestionamiento de varios sectores, no así el consenso que se ha generado respecto a la idea de suprimir el Comité de Ministros, añadiendo que lo pendiente sigue siendo una reducción de los plazos de evaluación ambiental. Para lograr este cometido, el experto ambiental propone incorporar un procedimiento de evaluación ambiental simplificado para proyectos de menor envergadura y ampliaciones moderadas de proyectos que ya cuentan con evaluación ambiental, o una reducción de 50% del tiempo para proyectos que ingresen al SEIA certificados por consultores autorizados, además de una ampliación de la ventanilla única.
La directora del Centro de Estudios Territoriales de la Universidad de los Andes, Pilar Giménez, plantea que si bien se valora el proyecto, este corresponde a una ley marco, que a su juicio, aborda temas generales que no tendrán el impacto esperado en simplificar la tramitación y reducir plazos.
“Si bien las indicaciones anunciadas parecen bien orientadas, especialmente lo relativo a eliminar la creación de un nuevo servicio público, es fundamental que a través de estas indicaciones se redireccione el proyecto de ley para abordar en concreto al menos algunos de los nudos críticos que fueron detectados en el informe de la Comisión Nacional de Productividad, entre ellos los permisos asociados a Monumentos Nacionales, los permisos de obras hidráulica, permisos de concesiones marítimas que demoran más de 10 años en tramitarse”, comenta Giménez, quien agrega que se requiere también abordar en la discusión instrumentos como los permisos de edificación en las Direcciones de Obras Municipales.
Para el socio adjunto de Servicios de Cambio Climático y Sostenibilidad de EY, Nicolás Calderón, lo que se espera para el proyecto, es que la burocracia propiamente tal se agilice y se cumplan los tiempos debidamente establecidos.
“También, que las contrapartes técnicas de los diferentes servicios públicos que tienen competencia en la gestión de permisos se fortalezcan y puedan hacer buenos análisis de los expedientes. Así mismo, que las ‘declaraciones juradas' que establece el proyecto de ley sean vistos por los servicios como eso y que no se transformen en permisos encubiertos que tomen los mismos tiempos que un permiso como tal”, dice Calderón.
Fuente: El Mercurio