A más tardar el próximo año estaría lista la actualización de la norma que fija los límites de la contaminación acústica generada por fuentes fijas y la primera normativa de calidad ambiental en esta materia.
A nivel latinoamericano, Chile destaca como un país pionero en la protección contra los efectos negativos de la contaminación acústica en la salud, con normativas que regulan el ruido generado por fuentes fijas y fuentes móviles, y regulaciones que abordan el problema desde otras instancias.
'Contamos con una de las normas más completas, no solo por cómo está construida, sino también por su proceso de aplicación', asegura Enrique Suárez, director del Laboratorio de Acústica Ambiental de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Austral.
Sin embargo, la regulación que existe data de 1997, cuando fue promulgada la primera norma ambiental en el marco de la Ley de Bases del Medio Ambiente, la cual fijó los límites del ruido generado por fuentes fijas (industrias, talleres, actividades de construcción, discotecas, etc.).
'Debido a la acumulación de datos sobre las consecuencias del ruido, se hace evidente que las normas existentes puedan quedar obsoletas. Por ello, toda normativa de calidad ambiental y de emisión debe ser revisada cada cinco años como mínimo', advierte Domingo Pacini, socio fundador de la consultora Ruido Ambiental.
En 2019, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) inició la segunda revisión de la Norma de Emisión de Ruidos generados por Fuentes correspondiente al DS/38 del 2011, buscando entregar mayor certeza técnica y jurídica en su implementación y verificación de cumplimiento. Ya se encuentra en el último trámite dentro de la Contraloría para ser publicada en los próximos meses.
'Se trata de la norma de ruido más importante en el país, que no solo se aplica a las fuentes de ruido que ya están funcionando, sino que también a los proyectos que se evalúan ambientalmente. Por esta razón, la nueva normativa incorporará medidas preventivas para las fuentes de ruido más denunciadas (faenas constructivas y actividades de esparcimiento nocturno), e incluirá colaboraciones de fiscalización con las municipalidades', explica Suárez.
Entorno más sostenible
Por otra parte, se está tramitando la Norma Primaria de Calidad Ambiental para Ruido, cuya elaboración comenzó hace tres años por parte del MMA. Esta iniciativa busca evaluar el impacto total de las fuentes de ruido, permitiendo identificar zonas latentes o saturadas por contaminación acústica, de forma similar a lo que pasa con la calidad del aire. De este modo, permitirá tener planes de prevención y descontaminación con medidas de cuidado ambiental. En especial, proteger del ruido cerca de las calles y autopistas.
'La implementación de esta nueva norma, esperada para este año o el siguiente, marcará un hito en la búsqueda de un entorno más sostenible y saludable para todos los chilenos', concluye Pacini.A más tardar el próximo año estaría lista la actualización de la norma que fija los límites de la contaminación acústica generada por fuentes fijas y la primera normativa de calidad ambiental en esta materia.
A nivel latinoamericano, Chile destaca como un país pionero en la protección contra los efectos negativos de la contaminación acústica en la salud, con normativas que regulan el ruido generado por fuentes fijas y fuentes móviles, y regulaciones que abordan el problema desde otras instancias.
'Contamos con una de las normas más completas, no solo por cómo está construida, sino también por su proceso de aplicación', asegura Enrique Suárez, director del Laboratorio de Acústica Ambiental de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Austral.
Sin embargo, la regulación que existe data de 1997, cuando fue promulgada la primera norma ambiental en el marco de la Ley de Bases del Medio Ambiente, la cual fijó los límites del ruido generado por fuentes fijas (industrias, talleres, actividades de construcción, discotecas, etc.).
'Debido a la acumulación de datos sobre las consecuencias del ruido, se hace evidente que las normas existentes puedan quedar obsoletas. Por ello, toda normativa de calidad ambiental y de emisión debe ser revisada cada cinco años como mínimo', advierte Domingo Pacini, socio fundador de la consultora Ruido Ambiental.
En 2019, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) inició la segunda revisión de la Norma de Emisión de Ruidos generados por Fuentes correspondiente al DS/38 del 2011, buscando entregar mayor certeza técnica y jurídica en su implementación y verificación de cumplimiento. Ya se encuentra en el último trámite dentro de la Contraloría para ser publicada en los próximos meses.
'Se trata de la norma de ruido más importante en el país, que no solo se aplica a las fuentes de ruido que ya están funcionando, sino que también a los proyectos que se evalúan ambientalmente. Por esta razón, la nueva normativa incorporará medidas preventivas para las fuentes de ruido más denunciadas (faenas constructivas y actividades de esparcimiento nocturno), e incluirá colaboraciones de fiscalización con las municipalidades', explica Suárez.
Entorno más sostenible
Por otra parte, se está tramitando la Norma Primaria de Calidad Ambiental para Ruido, cuya elaboración comenzó hace tres años por parte del MMA. Esta iniciativa busca evaluar el impacto total de las fuentes de ruido, permitiendo identificar zonas latentes o saturadas por contaminación acústica, de forma similar a lo que pasa con la calidad del aire. De este modo, permitirá tener planes de prevención y descontaminación con medidas de cuidado ambiental. En especial, proteger del ruido cerca de las calles y autopistas.
'La implementación de esta nueva norma, esperada para este año o el siguiente, marcará un hito en la búsqueda de un entorno más sostenible y saludable para todos los chilenos', concluye Pacini.
Fuente: El Mercurio