SEÑOR DIRECTOR
Una vez más comprobamos que prometer no es sinónimo de cumplir. Un ejemplo: no obstante la promesa del actual gobierno en orden a avanzar hacia un "Chile sin barreras", a solo 85 kilómetros al norte de Santiago, el peaje Las Vegas continúa utilizando un sistema de cobro manual, generando una congestión que ha pasado de estacional a permanente, causando, entre otros, deterioro en la calidad de vida de las personas y en el medio ambiente.
Además de la promesa incumplida, lo anterior representa una inconsistencia de política pública ya que mientras hablamos de centralidad de las nuevas tecnologías para combatir el daño ambiental y el cambio climático, la implementación incompleta de una política como el Free Flow genera congestión y contaminación ahí donde perfectamente podría haber fluidez y conectividad.
Como gremio, sabemos que los contratos de infraestructura pública tienen al menos dos partes, el Estado y el concesionario, por lo que las responsabilidades en las malas prácticas a este respecto bien podrían ser compartidas. Sin embargo, y aun cuando la concesión en comento es administrada por un operador que no pertenece a Copsa, también sabemos que, en lo que toca a las modificaciones y adecuaciones a los contratos, es el Estado, en tanto dueño, el que tiene la última palabra y en este caso no es la excepción.
Los socios de Copsa acogieron e implementaron todo lo que el Estado dispuso en materia de Free Flow para autopistas interurbanas. Es así como hoy se cuenta con sistemas de telepeaje en casi la totalidad de las rutas que circundan la capital. La pregunta que cabe hacerse a estas alturas con el único caso en que no se ha llegado a acuerdo es ¿qué está esperando el dueño de la infraestructura para cumplir y hacer cumplir su promesa?
Leonardo Daneri Jones
Presidente de Copsa
Fuente: La Tercera