La empresa surcoreana Hyundai Engineering & Construction —que construye actualmente el puente colgante sobre el canal Chacao en la Región de Los Lagos— proyecta mantenerse en Chile y tiene los ojos puestos en el Puerto Exterior de San Antonio.
Con inversiones que alcanzarían los US$ 4.000 millones, la megaobra busca mejorar la infraestructura portuaria y aumentar la capacidad logística del país. A su vez tendrá un enfoque en el comercio exterior, para el desarrollo económico y la competitividad en el escenario global, convirtiéndose en la obra de mayor inversión en desarrollo en Chile y que proyecta su apertura para 2035.
Dada la experiencia adquirida en Chile, con más de diez años en la construcción del Puente Chacao, las intenciones de Hyundai —lejos de abandonar el país— son participar en futuras licitaciones para obras de infraestructura pública, y principalmente, en el
Puerto de Gran Escala en la Quinta Región, explican fuentes al interior de la empresa.
Hoy, el proyecto anunciado en 2018 se encuentra en la fase de evaluación ambiental. Para ello, la Empresa Puerto San Antonio (EPSA) desarrolla 55 estudios técnicos que constituirán la adenda complementaria, documento que se entrega al Servicio de Evaluación Ambiental para responder a las observaciones presentadas a los estudios iniciales, que contribuirán a la obtención de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), con plazo hasta fin de año.
Una vez concluido este proceso, la estatal EPSA, presidida desde octubre de 2023 por Eduardo Abedrapo —excoordinador de concesiones del MOP y exsubsecretario de Planificación—, se dispondrá a iniciar la licitación para desarrollar las obras de construcción del molo de abrigo y obras preliminares, tramitación que debe concretarse entre 2025 y 2026.
Allí es donde apunta la empresa surcoreana, a integrarse al proceso de contratación y en la licitación de obras del molo de abrigo. Esto, comentan, gracias a la experiencia en la construcción de puertos y obras marítimas en países como Singapur, India, Corea del Sur o Indonesia.
Su propuesta provendría de la transferencia de conocimientos desde profesionales surcoreanos que hoy están presentes en Chile, de una logística ya establecida, y la incorporación de profesionales locales, como ingenieros y trabajadores de la construcción, todo pensado para el proyecto portuario que se extenderá por 22 años.
Para la primera etapa, EPSA buscará compañías constructoras para licitar las obras preliminares —habilitación de canteras, caminos de conexión, dragado—, y luego, para la construcción del molo de abrigo de gran longitud y de las explanadas para los futuros terminales. El inicio se proyecta para 2025.
Estas obras iniciales tienen un costo estimado de US$ 1.500 millones, que serán inversión pública asumida por el Estado a través de la Empresa Portuaria San Antonio. Para ello, Hacienda autorizó a EPSA conseguir financiamiento en entidades bancarias internacionales. Para ello ya realizan coordinaciones con la banca privada internacional y nacional, y revisan las alternativas de financiamiento propuestas.
Los otros US$ 2.500 millones provendrían de la iniciativa privada, a través de concesiones para la ejecución y habilitación de los sitios de atraque que serán concesionados durante la segunda etapa a partir de 2027.
Además de su impacto económico directo, que se verá no antes de 2035, las obras portuarias beneficiarán a sectores como el transporte, la industria manufacturera y el turismo. A su vez, permitirá movilizar más del doble de la capacidad logística de transferencia de toda la Región de Valparaíso cuando esté en pleno funcionamiento.
Fuente: El Mercurio